En total participaron 50 asesores técnicos veterinarios del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (SENACSA) y veterinarios de empresas exportadoras de carne de Paraguay.
El curso de dos días tuvo como temas principales los requerimientos del Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria de los Estados Unidos (FSIS) en el control y prevención de contaminación microbiana, además de una mirada general al programa de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP).
El FSIS establece requisitos rigurosos para el control y prevención de la contaminación microbiana en los productos cárnicos importados. Para cumplir con estos requisitos, las empresas paraguayas deben implementar programas de HACCP, que ayudan a identificar y controlar posibles peligros en toda la cadena de producción.
Ellen Méndez Ph.D. fue la encargada del entrenamiento de manera presencial y Jessie Vipham Ph.D. estuvo en línea durante el segundo día para responder preguntas de los participantes sobre sus planes HACCP, ambas profesionales de la Universidad de Kansas (KSU).
Paraguay recibirá en el mes de noviembre otra auditoría de los Estados Unidos, ya que este año recuperó ese mercado y es el sexto más importante para el país. Al cierre del mes de mayo se exportaron más de 4900 toneladas al mercado estadounidense.
Mantener el acceso al mercado estadounidense tiene un impacto económico significativo para Paraguay, ya que este mercado representa una fuente importante de ingresos y oportunidades de expansión. Cumplir con los estándares de inocuidad alimentaria no solo facilita el comercio, sino que también posiciona a Paraguay como un proveedor confiable de carne de alta calidad a nivel global.
En resumen, la inocuidad en la exportación de carne paraguaya es crucial para cumplir con las normativas internacionales, proteger la salud pública, y asegurar la continuidad y expansión en el competitivo mercado estadounidense. La colaboración entre instituciones como el SENACSA y proyectos como T-FAST es fundamental para alcanzar estos objetivos, garantizando que la carne paraguaya
sea reconocida por su calidad y seguridad.
Este entrenamiento forma parte de la cooperación del proyecto T-FAST con el SENACSA, que con la ayuda de su socio implementador KSU, ha llegado a instituciones claves en lo que compete a inocuidad alimentaria.